logo

El disfraz de madre perfecta no existe

Equivocarse también es parte de la maternidad

Nadie nace aprendido y mucho menos con las skills de madre incorporadas.

Que si paciencia, atención, cuidados, afecto, expertise en manualidades, memoria extra para nanas, postgrado en resolución de conflictos y un máster en maniobras extremas para llegar a tiempo y ayudar con los deberes del cole. Nadie. Absolutamente nadie. Y tú no eres una excepción. De la misma manera que nadie (o al menos nadie que importe) espera de ti que seas la madre del año, y la verdad es que esperamos que nadie quiera ni que exista ese premio. Suficiente tienes ya con tu día a día como para encima tener que estar cumpliendo expectativas sociales.

Así que quítate de la cabeza esa presión que te auto impones y relájate. Aquí algunos argumentos para que relativices:

No eres la única a la que alguna vez se le ha olvidado mirar el menú escolar sujeto en la nevera y ha preparado para cenar lo mismo que han almorzado los peques. ¿Y qué? Seguro que tu receta es 3 veces mejor que la del comedor escolar.

Si un día, por lo que sea, tu peque no lleva los deberes del fin de semana hechos: no pasa nada. Por suerte no es cirujano y ninguna vida está en juego (aún).

Lo de cortarle las uñas tocaba hace ya 4 días, así que no viene de un día más.

El disfraz que te has currado parece sacado de Aliexpress, estamos de acuerdo, pero tu peque no se ha dado cuenta y esa foto que le vas a sacar será el arma perfecta cuando, de mayor, traiga ligues a casa.

Cuando lo lleves tarde al colegio y te miren con reproche en la puerta, con una disculpa basta, déjate de remordimientos de más.

Dejarle la tablet cuando estás saturada y ya no puedes más con la contaminación acústica de casa, no es para tanto. Nosotras crecimos pegadas a la caja tonta y ni tan mal, ¿no?

Si el color rojo de la camiseta de color rojo que hacia falta llevar para la coreografía de final de curso del cole no coincide con el pantone del resto de niños, no pasa nada: más va a destacar tu peque. ¡Bravo por el/la protagonista!

Si hay que levantarle el castigo antes de hora porque ese castigo también supone un castigo para ti, se hace y aquí no ha pasado nada. A la próxima busca un castigo que no hipoteque tus necesidades también y ya.

Llegar a casa antes de que se duerman no está obligado por ley. Si no se puede, porque una trabaja o tiene que hacer mandados, no se puede. Habrá otros momentos que no te perderás y ya compensarás.

Dejar que duerman en tu cama solo por una noche y que resulten ser dos noches es algo que ha pasado en toda casa y toda la vida.

Y podríamos seguir con la lista de consuelos, pero todos se resumen en estos 4 puntos: no estás sola, nos pasa a todas, es algo normal y no es para tanto. De hecho, lo que te pasa tiene nombre y es el síndrome de mala madre. Y consiste en sentir que una es mala madre por las elecciones y/o actitudes que toma con sus hijos y que acaba derribando en sentimientos de egoísmo y culpa.

La frustración maternal, vaya. Así que ahora que ya le has puesto nombre y sabes en qué consiste, intenta relativizar y, cuando no lo logres, relee este artículo que estamos seguras que al menos una de las diez la has vivido. Y ánimos, compañera, que ¡estamos juntas en esto!