Y aunque este instinto nunca falla, vamos a citar todas esas señales que nos indican que el sistema inmune de nuestros peques está en horas bajas con algunas frases que pueden oírse en casa cuando esto sucede:
No es que el cansancio sea síntoma de alerta per se, pero si tu peque no ha trasnochado y la desgana o la apatía lo retienen sentando en el sofá, sin ánimo de apuntarse a ningún plan, puede que esto sea una señal de que su sistema inmunológico es bajo y está luchando contra algo.orqué no también en primavera).
Como madre/padre sabes detectar perfectamente cuando se le han acabado las pilas a tu hijo/a, pero cuando no saca fuerzas ni para hacer lo que más le gusta, la apatía se convierte en un síntoma sospechoso.
Igual que la irritabilidad o el hecho de que esté inquieto o molesto, que también son señales de que algo no va del todo bien y necesita reforzar las defensas.
El termómetro no miente y la fiebre es la manera que tiene el cuerpo de indicarnos que está haciendo un esfuerzo para combatir algún tipo de infección.
La mayoría de veces no es necesario preocuparse de más, a no ser que tu hijo/a tenga menos de 2 años y esté a 38º o más, en cuyo caso deberás acudir lo antes posible al médico.
Puede que, al tener el sistema inmunitario comprometido, el apetito de los peques disminuya, pero no te preocupes si el día que se encuentra mal se salta una o dos comidas, lo importante es que tome muchos líquidos.
El aire húmedo y fresco causa un efecto protector en la mucosa ayudando a despejar las vías
Las erupciones cutáneas también pueden ser un signo de infección viral, por ello hay que estar atentos.
Cada erupción se debe tratar de una manera, y aunque hay muchas que son leves, si esta dura más de una semana o se propaga, lo mejor será buscar atención médica.
Los cólicos o la diarrea son otro síntoma de que el sistema inmunológico está débil. En este caso la hidratación vuelve a ser clave, así que no dejes de darle agua.
Además de estar atentos a todas estas señales, otra cosa que podemos hacer es fortalecer el sistema inmunológico de los más pequeños para evitar, precisamente, que enfermen.
Una alimentación saludable rica en vitaminas, minerales, proteínas y carbohidratos buenos es básica para un sistema inmune fuerte.
Porque ya se sabe que más vale prevenir que curar, por eso también recomendamos los Inmunochups, unos caramelos con forma de piruleta, con activos naturales como la própolis, la miel o el ácido hialurónico, y reforzados con vitamina B6 y E.
Son perfectos para ayudar a reducir el cansancio y la fatiga y reforzar el sistema inmunitario protegiendo las células del daño oxidativo. Además saben a frutas del bosque, así que, con ellos, cuidar de los tuyos va a estar chupado.