Por fin podrán levantarse más tarde, jugar todo lo que quieran y hacer actividades exclusivas de estos meses, como ir a la playa o a la piscina, campamentos o viajes. Sin embargo, para que no pierdan del todo la costumbre, algunas familias apuestan por mantener los deberes en verano. Si es el caso de la tuya, sabrás que es todo un reto porque se trata de poner una rutina en unos meses que se caracterizan por todo lo contrario. ¡Pero es posible conseguirlo! Y hoy te contamos cómo.
El verano tiene muchas cosas positivas, pero es también una estación en la que nuestros peques se desorganizan. Ya hemos mencionado en otras ocasiones que tanto ellos como los adultos necesitamos rutinas para tener una cierta sensación de seguridad y estabilidad en el día.
El problema que nos encontramos es que ya no hay una hora fija a la que levantarse o acostarse, y un horario de clases concreto. Los planes pasan a flexibilizarse, y cambian totalmente las actividades y la estructura de cada jornada. ¡Y está bien así!
Pero el hecho de que desaparezcan totalmente las obligaciones diarias, y que ellos disfruten con gusto, hace que el verano se torne un poco caótico y que dificulte incluso la llegada del siguiente curso. Bastante similar a nuestra depresión postvacacional cuando volvemos a los madrugones y al estrés laboral.
Por eso, si has pensado apostar por los deberes en verano, debes saber que es una idea excelente, porque les permitirá mantener una cierta rutina y ayudará a que el hábito de estudiar no se pierda por completo.
Vamos con lo importante: ¿Cómo conseguir que los deberes en verano formen parte de las actividades del día? Ahí van nuestros consejos.
Ya sea completar algunos cuadernos de ejercicios que has comprado, leer algunos libros, o repasar lo aprendido en el curso anterior, asegúrate de concretar lo que deben conseguir. De este modo, evitarás que los deberes se extiendan indefinidamente, y que pierdan la motivación porque siempre hay algo más que hacer. Intenta siempre ponerte en su lugar, e imagina que es a ti a quien se le asignan estas tareas.
Muy relacionado con el punto anterior, es importante que planifiques y organices el tiempo del que disponéis para los deberes en verano. Es decir, las semanas que vais a dedicar y las horas a la semana. No es necesario imitar el curso escolar con ejercicios todos los días.
Esto te ayudará a crear una nueva rutina, ya que si has marcado que la hora de los deberes es a las 10, tendrán que levantarse con el tiempo suficiente para poder desayunar, recoger su habitación, asearse o lo que ya tengáis por rutina durante las mañanas. Puedes adaptarlo a la tarde, si te es más cómodo.
Lo de recoger su habitación era una pista, porque tenemos la total seguridad de que en esta época todo está un poco más desordenado que de costumbre. Para facilitar la tarea de hacer los deberes en verano, es importante que haya un espacio libre de distracciones. Si es su habitación, el salón o el despacho, es lo de menos; lo que prima es establecer uno para facilitar la creación de la rutina.
Los peques aprenden jugando. Por lo tanto, si quieres que los deberes en verano sean lo más amenos posible, pero también eficaces, apuesta por convertirlos en un juego. Aquí nuestra ayuda es limitada, ya que todo depende de las materias elegidas o de la edad que tengan. Lo que sí podemos decirte es que este es probablemente el consejo más relevante. ¡Hacer deberes puede ser divertido! Haz búsquedas en la red o echarle imaginación. Crear canciones para aprender vocabulario, usar legumbres para los números, elaborar historias para conceptos de la naturaleza, convertirse en exploradores al aire libre, etc.
El refuerzo positivo es una herramienta muy práctica cuando queremos potenciar el aprendizaje. Y es que se trata alternativa a los castigos, que nunca han sido ni serán efectivos, como habrás podido comprobar.
Consiste en hacer hincapié en los aspectos positivos, porque se consiguen mejores resultados con la motivación que penalizando lo que consideramos negativo. Es decir, que en lugar de enfadarnos porque no han terminado la tarea, los premiaremos cuando sí lo hagan. Este premio no tiene que ser algo material, puede ser demostrar admiración, animarles, o apreciar su esfuerzo y habilidades.
Aunque es más fácil la teoría que la práctica, desde Pharmachups confiamos en que con estos sencillos consejos, podáis conseguir hacer los deberes en verano sin que suponga un drama.